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moléculas Bio

Sobre este estudio

 

Yo me propuse un trabajo personal de comprender y leer comparativamente los tres mapas que he mencionado. 

 

             El libro de Fritjof Capra, ‘La trama de la vida…’ hace  un importante esfuerzo de síntesis y comprensión de la nueva ciencia de la vida holística, relaciona los diferentes avances en ellas, y elabora una propuesta para una teoría sobre los sistemas vivos. Ahora bien, este libro es una construcción ‘desde la Tierra’, desde el piso de la ciencia occidental en la vertiente que ha hecho el cambio de paradigma durante el siglo XX.

 

             Los otros dos sistemas se plantean como provenientes ‘de lo Alto’. El de Gurdjieff, quien tras su dedicación durante unos 20 años a formarse en las tradiciones espirituales, elabora una forma de presentarla y un método para hacerla cuerpo en la persona interesada. De él sigo su libro Relatos de Belcebú a su nieto, y también el de su discípulo Pedro Ouspensky, Fragmentos de una Enseñanza Desconocida.

 

              El tercer texto es uno de los 24 libros de Pietro Ubaldi, La Gran Síntesis. Él declara haber recibido su sistema en un estado de mediumnidad.

 

             Para mí es impresionante la diferencia de nivel entre la elaboración de Capra para presentar unificadamente las propuestas de una ciencia holística y ecológica, que lleva detrás de sí todo el formidable esfuerzo de  los científicos transformadores que elaboraron tales propuestas, y que alcanza las alturas de los máximos edificios de la civilización occidental, pero queda muy lejos del cielo, con los niveles de Ubaldi y Gurdjieff que provienen de Lo Alto.

 

            Esto debe ser difícil de aceptar para muchos, para la mayoría, pero ocurre que la civilización occidental, desconectada del saber de Lo Alto, a través de sus mejores mentes busca desde la oscuridad las verdades últimas, y descubre lo que es capaz de descubrir. Es un trabajo a ciegas en una pieza oscura, lo que hace enormemente admirable lo que logran las mentes más perspicaces de la humanidad.

 

             Los mapas de Gurdjieff y Ubaldi son marginales a la cultura occidental, sus autores no tienen doctorados ni carreras académicas, ni son investigadores de las grandes universidades. No tienen un curriculum ni se enseñan en el main stream; y quienes llegan a sus mapas son muy pocos. Y sin embargo confío en que puedan reconocer en ellos un saber de una mucha mayor elevación, un saber que toca el cielo.

 

            Ahora bien, regresando a Capra, las elaboraciones científicas de nuevo paradigma, aunque minoritarias en la cultura occidental, están dentro de sus espacios de producción de conocimiento, y han logrado –aunque se las haya estigmatizado durante mucho tiempo- una validación ‘desde dentro’. Esto les permite constituir una inspiración para la ciencia dominante, abrir la brecha para la transformación cultural o paradigmática, constituyendo esto en sí ya un gran bien.

 

            Tienen también otro mérito estas elaboraciones de la ciencia de nuevo paradigma, y es que permiten vincular su ciencia a mapas como los de Gurrdjieff y Ubaldi.

 

            Bien podría reconocerse que en la construcción de esta nueva ciencia encontraremos que las personas que la van haciendo han recibido de manera directa o indirecta la influencia de las tradiciones de Lo Alto que han influido en el mundo occidental durante el siglo XX, de manera análoga a como los alquimistas influyeron en el emerger e la ciencia occidental hacia el siglo XV.

 

           En psicología –por ejemplo- se puede ver cómo los grandes esfuerzos del sicoanálisis, el conductismo y el humanismo por levantar desde cero un conocimiento del psiquismo humano que se consideraba sin interioridad –racional-, llegan hasta un cierto nivel; y luego tienen un salto cualitativo cuando sus figuras de vanguardia entran en diálogo con la ‘psicología de las tradiciones espirituales’  generando que dentro del campo de la psicología surja la psicología transpersonal, la que a su vez actúa de puente entre la psicología occidental y las tradiciones espirituales.

 

            Con esto expreso mi convicción que confío en que les llegue a ser propia, de que el conocimiento que descubre el ser humano, aunque es admirable, es un ascenso desde un piso terrestre, marcado por la desconexión con la sabiduría contenida en el universo. Y que esa conexión con la sabiduría del Cielo ha sido preservada por personas a lo largo de la historia de la humanidad, y está disponible en este periodo de transición que estamos viviendo.

 

             Este Estudio recoge el saber superior contenido en las tradiciones espirituales y dialoga con la nueva ciencia humana holística para que podamos alcanzar  una nueva cultura planetaria del mayor nivel posible, dado que en definitiva será lo que más pueda alcanzar el psiquismo colectivo de la humanidad en esta etapa.

 

            Ahora bien, un aspecto de este Estudio refiere a que este saber superior al que acceden las tradiciones espirituales es expresión de un ‘Ser Superior’. Esto podemos considerarlo  en el sentido más sencillo y directo, que es el de considerar al Universo como un Ser, y reconocer que su Sabiduría –es decir, la sabiduría visible y palpable en el Universo- es superior a la sabiduría humana. Como el racionalismo plantea al ser humano como el ser superior de la creación, de existir otro ser con capacidades iguales a las humanas pero superiores, él será el Ser Superior. Si al Ser del Universo lo llamamos Dios, o si hay un Ser Dios que vive en este Ser Universo, es algo que puede quedar por ahora en la dimensión del Misterio.

 

           Ahora bien, esta Sabiduría Superior, accesible al ser humano, contiene también la potencialidad de aportar a éste una Armonía Superior; es decir, el saber superior puede aportar a una Vida Individual y Colectiva de la humanidad que expresen una Armonía Superior. Este es el paso del Saber al Ser.

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